Categoría: Cosas que te pasan si estás vivo
#Santiago
Santiago de Chile es fresca, ágil, luminosa. Hay días de un sol prístino que ilumina la Cordillera inmensa, y sus nieves eternas resplandecen y se tornan plateadas o de un color rosa pastel según el humor del atardecer. La luna llena besa los bordes de las montañas y el cuadro es hipnótico, como un fondo de pantalla en un monitor HD. Hay otros días en los que un cielo gris plomo desdibuja las cimas a lo lejos; una bruma pálida sumerge a la ciudad en la fantasmagoría y se adivinan distantes las formas ondulantes de los cerros que la custodian.
Volar
«Bienvenida a mi oficina» me dice. Estamos a 3.000 metros de altura, y el mundo debajo se ve como una alfombra emparchada de verde, amarillo y ocre. La laguna de Chascomús, a lo lejos, parece un espejo gigante. Ahí estamos, colgando en el aire como sin peso, planeando suavemente después de la adrenalina extrema de los 45 segundos en caída libre. Él en su salto número 2.000 y pico. Yo, cumpliendo mi largamente esperado sueño de tirarme en paracaídas.
VIH
1. Supongamos que no te acordás como surgió la charla pero él te dijo que no estaba seguro si tenía o no tenía. Y vos lo único que dijiste fue «si vamos a estar juntos lo tenés que saber». Y se hizo el test. Y recibiste su llamado en tu escritorio en tu oficina de entonces, diciéndote «Tengo», y tuviste que salir a dar una vuelta manzana para tomar aire y acomodar tu cabeza, las ideas y sensaciones confusas que te invadieron. Se lo contaste a tus amigas y tuviste todo el espectro esperable de reacciones: «Lo tenés que dejar ya», te decía llena de preocupación una de tus más cercanas amigas. «En lo que decidas yo te banco», te decía otra. Y vos con una única certeza: todo lo que necesitas es información. Y hacia allí partiste, con un listado enorme de preguntas; las había obvias, «¿Qué hacemos si tenemos un accidente con un preservativo?», las había tan rebuscadas que te daba vergüencita hacerlas – del tipo «¿Qué pasa si yo me depilé el cavado, tengo un poro abierto y me cae semen en el poro?». Todas las preguntas posibles estaban en esa lista. Y te sentaste derechita en la silla en la cita con el infectólogo. Le explicaste la situación: él se acaba de enterar que es HIV positivo y recién inicia su tratamiento; yo soy HIV negativa y estamos empezando una relación.
#MeCagoEnTodos
No es sólo un hashtag. Es una declaración de principios, un visión de la vida, un compromiso sostenido con la indiferencia total hacia el resto de los mortales con los que comparten la ciudad. #MeCagoEnTodos es la quintaesencia del garca, del pésimamente ponderado «porteño vivo», una expresión muy bien lograda de los miserables cívicos con los que nos toca convivir en la hermosa Buenos Aires.
#36
Hoy cumplo 36 años y me resulta imprescindible escribir. Quisiera conservar un largo tiempo esta sensación de estar completa de amor y de buenos deseos. Quisiera abrazarla y hacerla física, atesorarla de alguna manera y echarle mano en esos días en los que la vida adulta me parece demasiado compleja.
Han sido 36 años de aventuras. Me he pasado toda mi vida adulta viviendo como yo elijo y sé que de por sí eso es un gran logro.
Correr
Hace poco menos de dos meses atrás comencé una prueba de resistencia y compromiso conmigo. Hace poco más de dos meses tomé una decisión que me liberaría del yugo de mi cuerpo y que empezaría a borrar el malestar de un organismo que venía pasando factura luego de años de abusos e inacción. Hace dos meses atrás #novio y yo empezamos a correr al menos tres veces a la semana.
Lina
Todos los perros, un perro.
Lina.
Sus orejas peludas, su lengua con una mancha negra que nunca supimos cómo o por qué le salió. Su hocico oscuro y suave que llené de besos. Su gusto por morder el agua de las mangueras o regaderas en el parque. Su estampa de guardiana. La manera en que me recibía cada vez que llegaba a la casa de mis padres, moviendo su cola como de zorro y sonriendo con esa manera feliz de sonreir que tienen los perros. Acariciarla con los pies descalzos los días de calor. Tranquilizarla ante su pánico a los fuegos artificiales y bombas de estruendo. Pasé uno de los mejores años nuevos de mi vida con ella, a solas las dos en la casa enorme y vacía, mirando Cuando Harry conoció a Sally. Se refugiaba entre mis piernas cuando los petardos explotaban, plenos de estupidez e ignorancia, y yo intentaba calmarla abrazándola y hablándole en voz baja.
Ayer me miró con ojos cansados, agitada, derrumbada en un rincón del parque, una súplica en su mirada oscura.
2012
… y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde…
Jack Kerouac, En el camino, 1957.
Mientras él prepara una chocotorta para los amigos que recibiremos esta noche de Año Nuevo, y mi familia implota por el peso de sus propias decisiones, y yo tomo distancia y respiro, la casa, esta casa que compartimos hace casi un año, se llena de música y alegría por la primera Nochevieja que albergará.
Hemos dado tantos pasos este año, este 2012 que se desintegra ante mis ojos, hemos cambiado, mejorado y hemos sido los mismos también.
Único
-Esto es un colegio. Y no podés venir con el pelo pintado así.
-Usted no es rubia natural, y nadie le dice nada.
Ella rondaba los 60; yo tenía escasos, impetuosos 16. Ella era la rectora del Colegio Juan Bautista Alberdi de Castelar; yo, una adolescente un poco paria que un día se había aparecido en la escuela con el pelo teñido de verde, un homenaje a uno de mis personajes favoritos de Robotech, Miriya. Ese diálogo me costó un llamado a mi madre y la amenaza de amonestaciones que nunca se concretaron. Fue una de mis pequeñas conquistas de la adolescencia: el triunfo de lo que para mí era mi singularidad contra la sistemática uniformidad a la que querían forzarme.
365
Hace un año atrás volvía a casa después de una tiroidectomía (o extracción total de la tiroides). No fue sino la continuación de un largo camino que había empezado varios meses atrás cuando el cansancio constante, la caída de pelo, el aumento de peso y la montaña rusa emocional no podían seguir siendo atribuidos al stress. Iba a ser un paso más en este viaje en el que aún no llego a destino, este redescubrir forzado de mi cuerpo y mi persona a muchos más niveles que los que esperaba.
Me voy a casa! Tiroides off, corazon contento, cuerpo cansado y un poco molesto. Gracias a todos por los mimos y la buena energia 🙂
— Clau Alderete (@laclaux) septiembre 10, 2011