Disco Del Mes | Definitely Maybe de Oasis

Definitely Maybe Oasis

En 1995 no sólo terminé la secundaria y tuve mi primer novio, sino que también descubrí que había otra ciudad en el mundo además de Seattle que iba a marcar el ritmo musical de la década. Esa ciudad fue Manchester, y gracias a MTV (que entonces aún era un verdadero canal musical) una noche de zapping me encontré por primera vez con la banda que tal vez mejor haya representado al Brit Pop, ese movimiento musical que vino a patear el tablero y a opacar el reinado del grunge: en la pantalla estaban pasando Live Forever, y esos 4’36» fueron suficientes para un enamoramiento instantáneo.  «¿Quiénes son estos tipos?» pregunté, y, en ese mundo pre-Internet, fui a mi disquería amiga a revolver bateas hasta dar con ellos.

Que Definitely Maybe, de Oasis, es un disco sólido, rockero, refrescante y fundamental no queda duda alguna, y esta semana se cumplen nada menos que 19 años de su lanzamiento, el 29 de agosto de 1994. ¿Habremos sido entonces testigos del último gran movimiento musical genuino? ¿Tuvimos desde entonces otra escena a la cual mirar?

Lo que sí está claro es que Oasis y el Brit Pop en general vinieron a iluminarnos con actitud canchera, espíritu rocker y el convencimiento de que conquistar el mundo era posible, luego de un lustro completo de una visión sombría y triste de la experiencia humana de la mano de la escena de Seattle, con Nirvana y Kurt Cobain como estandartes. Cuando la ópera prima de Oasis vio la luz, hacia apenas  cuatro meses que Kurt se había volado la cabeza abrazando el lema younguiano «es mejor estallar que desvanecerse»: estábamos desolados y no sabíamos muy bien qué hacer. Y los hermanos Gallagher -raras avis mezcla de hooligans con Pomelo, pero con la sensibilidad para las melodías y las voces con profunda influencia de la dupla Lennon/McCartney- nos abrazaron en ese duelo.

Mientras escribo suena Cigarretes & Alcohol, una oda a la autorealización y al encuentro del propio camino que también plantea la posibilidad de una vida mejor: todo el disco está atravesado por ese espíritu de triunfo y optimismo que hacía demasiados años que no escuchábamos. No era, claramente, la música para minitas de Take That. Los Oasis eran hijos de la maltratada Manchester que en los 80s había vivido una depresión notable por el declive de su industria acerera, gracias a las medidas de la entonces Primer Ministro Margaret Tatcher. Durante los primeros años de los 90s, la recuperación económica de Gran Bretaña fue un semillero político y cultural que alumbraría no sólo a la Tercera Vía  y el Brit Pop, sino también a esa maravillosa expresión de renacimiento que fue Cool Brittania.

Es entendible entonces que los Oasis se plantaran ante la vida tomando de ella todo lo que estuviera a su alcance, incluido el estrellato. Profecía autocumplida, Rock ‘n’ Roll Star abre el disco y es una pintura perfecta de lo que sería la vida de los Oasis desde ese entonces, y plantea la promesa que no abandonarán durante el resto de los tracks: es sólo rock and roll, y nos gusta. Columbia y Supersonic le dicen al mundo que los hitazos todavía se construyen a base de buenas melodías; con Up in the Sky, Shakermaker y Digsy’s Dinner se revelan como una banda de guitarras, gustosa de las melodías pegadizas y cierta experimentación sonora -algo que habrían de explorar aún más con What’s the Story (Morning Glory)?, su segundo disco. Bring it on Down es la canción que sobra; en Slide Away, cortan con tanta bravuconeada, mostrando que también tienen su corazoncito y que el amor no les resulta ajeno; Live Forever es una canción perfecta, la mejor que haya producido la banda jamás; Married with children es de mis favoritas, por su espíritu tan british y la fina ironía sobre el matrimonio y el derrotero del amor luego de muchos años. Es una muestra además de su facilidad para las guitarras acústicas, cuya máxima expresión lograrán con la bellísima Wonderwall.

Definitely Maybe fue para mí la música de mi paso a la primera adultez, la despedida del espíritu melancólico y gris de la adolescencia más temprana, y el trampolín para sumergirme más profundo en la ola manchesteriana que predominó durante la última mitad de la gloriosa década de los 90s. Fue también la excusa perfecta para indagar en ese otro movimiento conocido como Madchester -cuya herencia los Oasis venían a recoger- lo que me hizo conocer a bandas como Happy Mondays, Inspiral Carpets, Stone Roses y (mucho más tarde) The Charlatants. En resumen: un escalón fundamental en mi educación musical y sentimental, que me marcaría para toda la vida.

Loas eternas a los Oasis por este disco que ya es un clásico: yo también quiero que vivan para siempre.

(*) Disco Del Mes es mi selección personal de discos editados en algún momento del mes en curso, elegidos por el simple hecho de que son mis favoritos de todos los tiempos, y porque escribir sobre discos es una de las cosas que más disfruto. 

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